Mariana Rio comenzó a trabajar en Diosario sin conocer demasiado sobre Perú, su cultura, su cosmovisión, su historia. Pero si conocia sobre construir historias ilustradas para niños. 

El proceso creativo se hizo entonces a partir de recopilar información desde muchas fuentes bibliográficas, digitales, visuales, técnicas y sobre todo de hurgar, componer y recomponer las páginas una y otra vez.
La creación de una narrativa visual distintiva tuvo que ver con ser fiel a la información recibida mientras que, necesariamente y siguiendo el objetivo del proyecto, Diosario se debía convertir en una pieza que no tuviera registro informativo.

La apelación a la ficción, a entender a estos seres maravillosos desde una altura menos elevada tanto desde el punta de vista histórico como etareo, era el objetivo principal.

Fue así que el desarrollo fue descomplejizándose, yendo de mayor menor, depurando elementos, aunque importantes y de gran riqueza narrativa, en pos de generar un relato visual más concreto y enfocado.
Kon, Wiracocha y muchos más perdieron detalle en su vestimenta y entorno favoreciendo un diálogo vinculado con sus poderes especiales.

"Como ilustradora del libro, quería crear una primera capa de la imagen narrativa, un conjunto único de imágenes con estas criaturas que, curiosamente, enfatizarían el poder de cada una. De esta manera, hay una narrativa individual en cada página del libro." nos dice Mariana.

Su manejo de técnicas mixtas y de una paleta de colores peculiar fueron parte de este proceso.

"Por otro lado, quería transmitir una conexión y uniformidad para enlazar el objeto. La opción de trabajar con cinco colores sobreimpresos jugó un papel importante en el cumplimiento de ese objetivo, pero no fue suficiente.

Para crear una segunda capa de legibilidad en las imágenes, creé dos personajes adicionales, dos niños, nunca mencionados en el texto, que hacen un viaje para encontrar y conocer a los dioses y espíritus. Esta narrativa visual atraviesa todo el libro como un cable de conexión. Intenté enriquecer a los personajes, el niño y la niña, con sensaciones y emociones humanas. Soy como una actriz que encarna al personaje para luego representarlo, en mi caso a través del dibujo."- prosigue la ilustradora.

Mariana tuvo un proceso de trabajo riguroso, profundo, serio y respetuoso de la información que a su vez construye una relación con el texto que genera múltiples niveles de lectura.

"Creé a esos niños también para representar un espejo del lector, el niño que los lee. Permitirán que el lector vuele, monte, nade, sienta miedo, entusiasmo, etc." - concluye Mariana.

Gracias Mariana por ser parte de Diosario y de mónimo.